¿Sabes si los datos que compartes están seguros? Descubre en el siguiente artículo 5 curiosidades que te sorprenderán sobre esta ley.
La Ley de Protección de Datos en Chile garantiza la seguridad de la información individual, requiriendo consentimiento y protegiendo derechos como el acceso y la rectificación. Aunque es pionera en la región, la ley enfrenta vacíos en la transferencia internacional de datos y sanciones moderadas. Chile está trabajando en su actualización para alinearse con estándares globales como el GDPR.
La Ley de Protección de Datos en Chile, oficialmente conocida como la Ley N° 19.628 sobre Protección de la Vida Privada, tiene como objetivo principal garantizar que los datos personales de los ciudadanos sean tratados de manera segura, respetando su privacidad y derechos fundamentales.
Esta ley establece que cualquier entidad pública o privada que maneje información personal debe contar con el consentimiento explícito del titular de los datos y solo puede usarlos para los fines específicos para los que fueron recolectados. Además, obliga a las organizaciones a implementar medidas de seguridad adecuadas para evitar la pérdida, modificación o acceso no autorizado a dicha información.
La ley también otorga a las personas derechos como el acceso, rectificación, cancelación y oposición respecto a sus datos personales, lo que les permite tener un mayor control sobre cómo se utiliza su información. En caso de incumplimiento, las organizaciones se exponen a sanciones legales, que
van desde multas hasta la suspensión de sus actividades de procesamiento de datos.
Chile ha estado trabajando en actualizaciones de esta legislación para alinearse con estándares internacionales, como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea, lo que refleja el interés del país en proteger adecuadamente la privacidad de sus ciudadanos en la era digital. Para entender mejor cómo afecta a tu vida diaria, descubre 5 curiosidades sobre la Ley de Protección de Datos que leerás a continuación.
Chile fue pionero en América Latina al promulgar la Ley 19.628 en 1999, siendo uno de los primeros países en la región en abordar la protección de datos personales, . Aunque la ley ha sido criticada por estar algo desactualizada, sentó las bases para el tratamiento responsable de los datos en el país.
La ley distingue entre datos personales y datos sensibles, otorgando mayor protección a estos últimos. Los datos sensibles incluyen información sobre la salud, orientación sexual, creencias religiosas y antecedentes penales. El uso de estos datos está restringido y su tratamiento requiere autorización explícita del titular.
La Ley 19.628 otorga a los ciudadanos el derecho de solicitar la rectificación, eliminación o bloqueo de datos personales que sean inexactos, incompletos o estén desactualizados. Este derecho es especialmente importante para garantizar que la información personal sea tratada correctamente por empresas y organizaciones.
La ley original no incluye una regulación clara sobre la transferencia internacional de datos personales, lo que ha generado controversias en cuanto a la protección de la información de los ciudadanos chilenos fuera del país. Actualmente, se está discutiendo una actualización de la ley para alinearse con normativas
internacionales, como el RGPD de la Unión Europea.
Aunque la Ley 19.628 prevé sanciones por infracciones relacionadas con el mal uso de datos personales, estas son relativamente leves en comparación con otras legislaciones más modernas. Sin embargo, la tendencia es hacia un endurecimiento de las sanciones en futuras reformas, lo que podría incluir multas más altas y la creación de una autoridad de control específica.